Mientras limpia la mesa cuatro de la cafetería de la estación, Andrea se siente excepción; ella nunca fue ni irá, ella está, simplemente está, como siempre estuvo, observando desde detrás del cristal cómo en las dársenas esas cajitas de metal se van llenando de personitas diminutas con maletas enormes, hasta que no caben más y la latita echa a rodar sobre sus graciosas ruedecitas y toda esa gente se va, envasada al vacío.
Latas que van al norte, al sur, al mar y a la montaña, mientras Andrea está ahí, mirando.
Mirando. No se está "a" ninguna parte, en el estar Andrea se basta por sí sola, no necesita un destino, sino adjetivos, gerundios, participios... no va a hacer nada, ya lo hace, hay actividad en su ser. Está pensativa, está dudando, está muy guapa esta mañana... y está dándose cuenta de que este saber estar es su manera de ser, y que mientras sepa dónde está no necesita ir a ninguna parte.
en la última frase está la clave .*
ResponderEliminarme encanta Sr, Azul.
ResponderEliminarAbrazo desde la lejanía.
¿Lejanía? ¿Por dónde anda, señora?
ResponderEliminarAl borde de la cordura como siempre, si es que acepta esta afirmación como localización ;)
ResponderEliminarBueno, sabe usted que no creo mucho en fronteras. Ni siquiera en esas.
ResponderEliminarLeñe... ¿Una blythe en tu blog? (¿Y una Can Can Cat, además?).
ResponderEliminarPor un momento pensé que mi obsesión coleccionista empezaba a provocarme alucinaciones, porque precisamente venía de un foro de muñecas y un sexto sentido me trajo hasta aquí.
Bonito texto, a todo esto. Dejando a un lado el tema más profundo, pasé mucho tiempo de mi vida en estaciones, y es posible que pronto vuelva a ellas. Pueden ser lugares curiosos o desasosegantes; depende mucho de uno mismo y de su estado de ánimo.
Pues la Blythe es de cuando estuve en Coruña, andabas tú por allí ;-)
ResponderEliminarEntonces, será la mía. Que es una Can Can Cat.
ResponderEliminarY creo que la única blythe que tuviste el placer de conocer xDDDDDD
Si lo es, estará encantada de salir en un blog xD