Ilustración de Steve Dillon (Preacher) |
aunque atendía las llamadas,
saltando al camión en plena madrugada
arrastrando a mis mejores hombres
aunque noche tras noche
encendía la sirena y conducía como loco
y era todo manguera, y hacha, y escalera
siempre lo supe
aunque me costara respirar
entre aquel humo negro
aunque cargara contigo
compartiendo tu asfixia
y tu peso en mis rodillas
llenara de sentido mis vigilias de otoño
aunque nunca vacilara en el rescate
y apagara los fuegos presuroso
siempre noté, desde la primera vez
en tu abrazo agradecido
el mechero en tu bolsillo
Genial, vaya sorpresa el final.No me lo esperaba!!!!!!Con tu permiso...aquí me quedoooooo!!Mil besitos
ResponderEliminarwooow
ResponderEliminarte lo compro
hay que dolerse y vomitarlo todo, así funciona
y este poema ha funcionado
besazo grande Cable
Peligrosa pasión
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