domingo, 19 de febrero de 2012

Mañana Mejor No

Ilustración de Frank Quitely
Aunque nunca te pedí promesas,
aclaras
solo me prometes que mañana te marchas
pero van ya quinientas mañanas
levantándome pronto
para bajarte el puente de plata
y no
no te marchas
sigues sin moverte de mi cama
tan tranquila, tan guapa
y acaparando toda la manta

Y empiezo a notar el frío
y la falta de sueño
y te ofrezco la corona de nuevo
y te pido que te quedes
por lo menos hasta que te vayas
que te sientes un ratito en el trono de oro
o que cruces de una vez
el puente de plata

y sueño despierto recuerdos convexos
y luzco una dermatitis causada por el estrés
y saco a pasear el vicio imperdonable
de mostrarme vulnerable
con la alarmante falta de pudor
del que quiere rendirse y nunca aprendió

y a mí también, a veces
se me doblan los brazos hacia atrás
y me voy por los tejados
y salto desde todas las azoteas
y me tiro al vacío y el vacío me devuelve,
mareado, a la playa
y allí quedo varado
hasta que alguna sirena
harta de ser pescado
me convence de que soy el mejor besugo
y cabalgamos a lomos de ratones gigantes
y somos dibujos de Frank Quitely
entre tanto cantautor insulso
y le explicamos a los poetas la diferencia
entre un filete ruso y una hamburguesa
y llevamos los órganos por fuera

yo no quiero ni promesas, ni mañanas
pero sigues, empecinada
prometiendo que te marchas
mañana

y ahora solo quiero abrazarte
aferrarme a ti para separarme del suelo
para no emprenderla a hostias
con todo lo que está bajo mis pies
con todo lo que me sostiene
en este lugar que no me corresponde

pero a veces creo que sin ti me moriría
y entonces me dan unas ganas tremendas
de morirme

quizá mañana

o mejor
ayer




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