domingo, 3 de abril de 2011

Sylvia y Ernest

"En el futuro no habrá hombres ni mujeres
solo gilipollas"
(Mark Renton, Trainspotting)


He de confesar que yo
que estoy aquí
quizá soy el enemigo
aunque no quiera serlo
Pero lo admito,
soy soy un tío
tengo pito
soy aquel que empezó a leer
en plena adolescencia
a Bukowski y Houellebecq
y se puso a escribir en consecuencia
el que teme a la mujer que le gusta
y ama a la mujer que teme
el que tiene envidia de pene
de Emily Brönte, de Simone de Beauvoir,
de Lísístrata, de Janis Joplin
de P.J. Harvey y Maruja Torres
el que, sin darse cuenta
siembra inseguridades en sus parejas
y termina
siempre
expulsado del Edén a manzanazos
el que mira a las chicas desde abajo
lamentando que lleven pantalón
y no amplias faldas tras las que esconderme

Porque en el siglo XXI ya no hay hombres
ni mujeres
solo gilipollas
perdón
gilipollos y gilipollas, idiotos e idiotas
machistas y hembristas
ninjos, piratos, robotas
niños y niñas haciendo el indio
jugando a apaches y vaqueras
samurais con las tetas fuera
amantes de Teruel
soldadas que han aprendido a estar solas
y han olvidado que no tienen por qué
pusilánimes a merced de novias caprichosas
aguantando numeritos de celos
teleconcursos de guerra de sexos
cielas y cielos, suelas pisando suelos
dolor de muelas y muelos picados
de masticar incomprensión e indiferencia
psicoteraputas con barba o con medias
dispuestas a echarles la culpa
de todo
a él
o a ella
siempre al otro
según convenga

Y yo pienso
¿Qué tengo yo que no tengan ellas?
¿Qué coño he hecho yo?
¡Si creo que ellas son la polla!
¿A qué tantas querellas?
¿Somos tan diferentes?
¿Qué hay de malo si yo trato
a los objetos como a mujeres
y a las mujeres como a personas...?
¿...y a los hombres
exactamente
de la misma forma?

No se agolpan las fotógrafas
pidiendo que me desnude y pose
nadie aplaude cuando enseño los pezones
y cada vez que voy
a un certamen de jóvenes creadoras
y me encuentro el Museo del Jamón
me meriendo un poemario de Sylvia Plath
y me paso dos semanas
con la cabeza metida en el microondas
y me pongo freudiano,
y pienso en Hemingway
con su pistola metida en la boca
que no es otra cosa que un falo
y en Sylvia, inerte en su cocina
la cabeza a doscientos grados
en una vagina de gas

No sigamos sus pasos
que no somos iguales
pero sí equivalentes
somos muy diferentes
y exactamente igual de válidos
incluso los taxistas,
banqueras o abogados
hombres o mujeres, negras o blancos
todos trapecistas del fracaso
distintos pero juntos
por suerte
y antes que hombres y mujeres
humanos
falibles
sublimes
ni más, ni menos
amigos y amigas
que follan de vez en cuándo
y luego no saben llevarlo
todos
y todas
somos humanos
todas
y todos
somos
idiotas.

5 comentarios:

  1. ese lo recitaste el día de los sonetos en diablos verdad? y de memoria si no recuerdo mal!

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  2. Qué genial, man. Plas, plas.

    Ba.

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  3. Thanks, Ba, aunque creo que gana bastante recitado. A ver si te pasas un día por algún sarao ;-)

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  4. Algunos somos incluso tan idiotas...

    Saludos, poeta

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