"Your innocence is treasure, your innocence is death
Your innocence is all I have
Breathing underwater and living under glass"
(Smashing Pumpkins)
Hay al fondo de sus ojos un cielo infinito
Que se piensa la lluvia
Que solo toma consciencia de sí mismo
Al verse reflejado en los charcos
Un cielo que se busca
En el sonido de las botas húmedas
Rechinando en los andenes subterráneos
De líneas de metro atestadas
En las que la luz se abre paso
En sonrisas aisladas entre la multitud
Rompiendo como olas
Empapando las caras largas
Igual que el sol entre las nubes
Que sin nubes no es sol
Igual que el sol
Entre las nubes
Del cielo blanco y negro
De sus ojos
El lunes
me despierta una llamada de una operadora de la compañía telefónica
quiere ofrecerme algo
dice que sabe cuánto hablo
y a qué horas
y con quién
como si fuera algo bueno
el martes
un agente inmobiliario
viene y me dice lo que vale mi casa
me enseña fotos de pisos
más apropiados para mí
que no puedo pagar
el miércoles la factura del gas
me recuerda el frío que pasé
en febrero
el jueves me llegan catálogos de unos almacenes
tienen mis datos,
soy un cliente
fidelizado
y saben de qué color
es mi ropa interior
el viernes la publicidad de una aseguradora
me recuerda todas
las desgracias
que podrían ocurrirme
el sábado te busco
o me encuentras
y no estamos para nadie
y no sabemos de nada
y el domingo
el teléfono no suena
no hay nada en el buzón
nadie llamando a la puerta
y me siento maravillosamente
solo
Fui al circo a pedir trabajo
Ya que siempre viví haciendo malabares
Manteniendo las cosas en el aire,
Girando, fuera de control,
Sin dejarlas caer nunca
Ni permitir que se detuvieran
El jefe de pista me pidió que aguardara un momento
Se marchó en busca del director
Y mientras esperaba junto al trapecio
Mi atención se coló en su jaula
y lo despertó de su siesta
Era un tigre blanco, ya viejo
Un animal enorme,
Aún lleno de aterradora simetría
Pero visiblemente cansado
De llevar sobre su pelaje
Los barrotes tras los que me miraba
Tras los que siempre había vivido
Saqué mi teléfono móvil
Para hacerle una foto
No quería recordarle en su jaula
Así que introduje el brazo entre los barrotes
Y entonces recibí esa llamada
Ahora…
Me acaricio el muñón en el hospital
Mientras todo el mundo me mira
Preguntándose cómo pude
Por qué diablos
En qué estaba pensando
Y no sabría darles una respuesta exacta
Tan solo le di la mano a ese tigre
Y él se tomó todo el brazo
Y pienso, al fin y al cabo…
no llegué a ver quién llamaba
A lo mejor era para él
Con ustedes, el vídeo de mi pequeña intervención en el especial de Halloween de Poetry Slam Madrid, convertido por arte de birlibirloque en el zombie de León Felipe, poeta exiliado, combativo y enfurruñao cuyos versos se mantienen soprendentemente vigentes.
(Adaptación de Broken Promise, del británico David Meads, más conocido como Scroobius Pip, un grandote del spoken word)
Esto va para cualquiera que esté ahí fuera, escuchando De cualquiera de aquellos que desaparecieron, o que os han decepcionado Amantes, amigos, familiares, hermanos A veces la vida conspira para hacer mentirosos de hombres honrados
Lamento no ser quién creías que era… ¡Y una mierda! Lamento no ser quien yo creía que era dije que, ocurriera lo que ocurriera, siempre estaría ahí pero no fui sincero, porque no estoy ahí… y lo siento Porque no es así como la vida funciona, Porque la vida es una promesa, una promesa rota
Mientras crecía, siempre creí ser uno de los buenos Creía que la cosa era tan sencilla como eso, creía en el blanco y negro Que podía, no sé, desarrollar mi lado bueno Pero he hecho daño y he perdido ese orgullo, por fuera y por dentro
Y tampoco es que esté maldito con un lado oscuro, solo soy… normal En la media, regular, como te digo, nada especial Ser humano ya te convierte en la misma imagen de dios y el diablo Han destrozado mis sentimientos, y destrocé unos cuántos por el camino Y en su momento, creía en cada palabra que he dicho Cada palabra de amor, cada palabra de odio, cada insulto y cada elogio
Pero el tiempo pasa y las emociones se apagan Y hace falsas por igual las promesas y amenazas
Pero… ¿Es una mentira de verdad mentira si en su momento la decías de verdad? ¿Cómo puede ser mentira en realidad si lo decías de verdad? No puede ser mentira si lo decías de verdad… ¿Cómo va a ser mentira lo que dijiste de verdad?
Esto es para cualquiera que esté ahí fuera, escuchando Esto es para cualquiera que siga respirando He comprado el Hotel de los Corazones Rotos y Solitarios Yo solito, sin avalistas ni un solo inversor Lo he cerrado y he abierto la pensión de Jódete y Supéralo En emotivo recuerdo de tener recuerdos emotivos De aquellas emociones combustibles, de haber tenido auténticos enemigos
Esos finales, típicos míos, poéticos, tan dramáticos Eran marca de la casa, los tenía patentados Nos sobrecogía el vértigo y la tragedia al separarnos desafiando la alegría de aquellas primeras tardes de verano
Y cuando peleábamos, había truenos, y rayos Era un choque de titanes, atroces, feroces, gigantes Perdíamos el control, cada músculo en tensión Excitados, enganchados, adictos a la emoción de la confrontación
Nunca me alcanzó la bala del amor a primera vista Soy más de amor a primera bronca, y de ahí jugármela a doble o nada ¿Amor incondicional? Se me escapa una carcajada Ahora estoy enamorado de la mera idea de amar algo
Siempre ahí fuera, cazando, buscando una experiencia cercana a la vida Aterrado de perderme algo vital en mi propia existencia El subconsciente gritando que esa mierda que sientes está escrita Que es el guión ensayado de una peli malísima Y que ya no importa lo que sientas Sino cómo coño lo cuentas
Pero todo eso se acaba, tarde o temprano, te paras a verte Un momento de claridad en el tiempo en que tus sueños se vuelven pedrestres Y toda esa magia esta sucia, tus mejores palabras se vuelven soeces
Y se te apaga la sed de amor y la capacidad de sentir asco Y al final le has encontrado un suelo al infierno y al cielo un techo Y el amor y el odio se han vuelto opacos con el tiempo Y esa cara que ayer te hacía estallar de rabia hoy no te dice nada Y te preguntas si has perdido el corazón entre las horas O si algo ha inutilizado tus terminaciones nerviosas O si es cuestión de perspectiva, que ya no te mueve el viento ni notas la brisa Y aunque sigues siendo consciente de todo, de algún modo estás por encima, pero… No quieres ser agorero, ni ensuciar las cosas bonitas, y…
¿Es una mentira de verdad mentira si en su momento la decías de verdad? ¿Cómo va a ser mentira lo que dijiste de verdad?
Diez años de habitaciones de hospital y capitales europeas diez años de aulas, de barras de bar, de salas de espera de oficinas y pasillos de universidad, de jefes calvos con coleta diez años y, durmamos donde durmamos los chicos de barrio seguimos en el barrio sin querer poder o sin poder querer escapar del chantaje emocional de nuestros familiares hablando con los árboles de la enfermedad de nuestros padres que ya es nuestra puta enfermedad
Diez años de amigos que siguen ahí y de perretes traicioneros que se van suciediendo como páginas de cuaderno
Diez años de niñas bien de Majadahonda o de las Rozas, o de Sevilla o de París o de Taipei o de Pamplona que nos dieron conciencia social al rompernos el corazón o al rompérselo nosotros y ver cómo nos olvidaban en cuanto papá les compraba otro cachorro
Diez años y María, la vecina cañón, se ha puesto gorda y aunque sigue siendo guapa ya no sonríe igual quizá porque aquel soplapollas ya no viene a buscarla en un Renault Megáne amarillo
Diez años y todo es igual de distinto renace, revienta, renace, revienta, renace hasta que pierdas la cuenta de los esqueletos que tienes en el armario y de los labios que te han moldeado el torso en una absurda curva de la felicidad
Diez años desde que tuvimos que crecer de golpe y ya no hemos podido cambiar mucho más porque el mundo se hace cada vez más y más pequeño, mientras revisamos nóminas mientras revisamos sueños y reservamos vuelos diez minutos, diez siglos tratando de escapar y hemos llegado tan lejos que la vida nos lanza de vuelta como una goma elástica al banco del parque
Diez años y el hedor a última oportunidad y la necesidad acuciante de demostrarnos a nosotros mismos que NO estamos andando en círculos que bailamos en espiral y seguimos brindando antes vasos de plástico, ahora copas de cristal y ya no eres un chaval
Diez años, tío, diez años... Ya es hora de largarnos.
Cansado de ser Robin, sí
un sidekick en calzoncillos
harto del verde, del amarillo
y del antifaz ridículo
Y sin embargo
tampoco tengo intención
de ir siempre de negro
no quiero ser como Bruce
mis muertos ya no me piden
venganza
ni justicia
merecen descansar de una vez
y pese al coche, la mansión
pese a los gadgets y el avión
Nunca quise
-¿Quién querría?-
convertirme
en el jodido
Batman
Si alguna vez fui león, si fui todo un macho alfa,
si respondí a cualquier desafío y protegí a mi manada,
sabiendo que que sin ellos no soy nada,
si supe dar la cara cuando hizo falta,
si dormí junto al río mientras las leonas cazaban,
si fui también hiena y me alimenté de carroña,
de gacelas enfermas, de las presas más lentas,
si roía las patas de los cachorros que quedaron atrás
riéndome de todo lo que no tiene gracia,
si fui oso además, y dormí todo el invierno,
si desperté en marzo y cacé a manotazos
el pez más escurridizo
si fui lobo estepario acechando en el frío,
hipopótamo que se da un baño en el Nilo
abriendo la bocaza para mostrar los colmillos,
si fui la cría de caimán arrojada al retrete,
si fue el toro que mató a Manolete,
si fui tu perro y me sacabas por las tardes,
el hamster que corre en la rueda
y no va a ninguna parte,
el cerdo que se revuelca en el fango ,
y disfruta en su lodo del orgasmo más largo
si fui el gallo de la gallina de los huevos de oro,
cucaracha que corre por las paredes del Buko,
halcón que se eleva por encima del mundo,
si fui caballo exhausto abandonado en el desierto
si fui el gato que hereda la casa de la vieja que ha muerto
si en algún momento fui esto y fui aquello,
si no estoy orgulloso y tampoco me avergüenzo
Si las estrellas están lejos
telescopios, cohetes y naves espaciales
to boldly go where no man has gone before
aunque no haya nadie esperando
como monos del espacio
o perritas rusas
ladrándole a la luna de cerca,
aullándole al oído
sin ir clavando banderitas
sin saber si volveremos
y si volvemos
chapuzón en la estratosfera
caída en el calor, fricción
y al final
el mar azul, la sal
y el improbable rescate
que poco importa
a quien ha visto ponerse
y salir por Antequera
a todo el condenado planeta
No era fácil. No era nada fácil. El Capitán América es uno de esos personajes que tiran para atrás a gran parte del público y que pueden caer en la autoparodia con suma facilidad.
Sin embargo, el concepto que el común de los mortales tiene del personaje está bastante equivocado. Desde que Stan Lee lo descongeló en los Vengadores en los años sesenta, el Capitán América ha sido el personaje de cómic a través del que se han realizado las críticas más duras contra el gobierno americano. Desde la Saga del Imperio Secreto en la era Nixon a la Guerra Civil que desde Marvel cuestionaba el gobierno de Bush Jr., las buenas historias del Capitán América han tratado siempre de cómo un hombre íntegro, un hombre bueno de principios férreos y simples, puede desenvolverse en un entorno mucho más complicado que el suyo y, en pocas palabras, seguir molando en este mundo de mierda sin dejar de creer en ese nebuloso concepto que es el Sueño Americano.
En Capitán América: El Primer Vengador uno encuentra una de esas historias y una estupenda película de aventuras al más puro estilo Indiana Jones. Trepidante, divertida, con diálogos llenos de ingenio, emocionante y llena de guiños al lector de cómics y, gracias a la idea de Marvel de coproducir ellos mismos las películas de sus personajes y mantener cierta cohesión entre ellas como lo hacen en los tebeos, a cualquiera que haya visto Iron Man, Hulk o Thor.
Joe Johnston, veterano en este tipo de películas con títulos como Jumanji, Rocketeer o una de las TV Movies sobre la juventud de Indy, cuenta con un reparto lleno de secundarios de lujo como Stanley Tucci (que brilla con luz propia) o Tommy Lee Jones que apoyan a un puñado de jóvenes que, curiosamente, ya habían participado en diversas adaptaciones de cómics. Chris Evans (Capitán América) era uno de los siete ex novios malvados de Ramona en Scott Pilgrim Contra el Mundo y además fue la Antorcha Humana de los Cuatro Fantásticos; Hugo Weaving (Cráneo Rojo) es quizá el actor friqui por excelencia, habiendo interpretado a V en V de Vendetta, Elrond en El Señor de los Anillos o el Agente Smith de Matrix. Incluso Dominic Cooper, que borda el papel de Howard Stark (o lo que es lo mismo, el de Howard Hughes) ya fue uno de los pretendientes de Tamara Drew en la adaptación de la novela gráfica de Posie Simmonds. Todos cumplen con creces, acompañados de una Haley Atwell que resulta encantadora en su papel de la agente Peggy Carter.
Y por ahí podemos empezar con los guiños al connoiseur del mundillo de las viñetas, ya que la pareja del Capi en el siglo XX-XXI de los tebeos es la Agente de SHIELD Sharon Carter, que seguramente veremos en la próxima película de los Vengadores como hija de la propia Peggy. Hablando de SHIELD, en la película asistimos al nacimiento de dicha organización entre el grupo de prisioneros que libera el Capi, entre los que se encuentran los Comandos Aulladores con Dum Dum Dugan y sus sempiternos bigote y bombín en cabeza. Como nota curiosa, rizando el rizo, en Thor e Iron Man aparece otro Agente Carter que también podría estar relacionado con la buena de Peggy.
Tenemos también el Cubo Cósmico que ya aparecía en Thor, al padre de Tony Stark trabajando codo a codo con el Capi y un final que lo ata todo bien atadito antes de enlazar directamente con la próxima película de los Vengadores dirigida por Josh Whedon a través del obligado cameo de Samuel L. Jackson y dejando a la mitad de la sala salivando pavlovianamente.
Una película de aventuras, en definitiva, más que solvente y recomendable, cosa que se agradece muchísimo tras truñacos o pequeños fiascos como Green Lantern, Thor o la última entrega de Harry Potter. Además, la peli del Capi cuenta con ese encanto vintage que le da el estar ambientada en unos años 40 llenos de pin-ups y, como dirían en Padre de Familia, "Cosas nazis, Peter, cosas nazis". Junto con la magnífica X-Men: Primera Clase, la peli del Capi le devuelve a uno la fe en que los superhéroes pueden funcionar en las pantallas de cine.
Va y me suelta
que quiere ser musa, dríada
y fuegos artificiales
y yo le digo
que no pienso sentarme
a escribirle poemas
y sin embargo vuelo en metro
entre agosto y escotes de vértigo
y veo tan solo reflejos
de su pecho destildado
que rechaza los acentos
y se sacude las diéresis
y entre convulsiones carcajada
vomito pétalos blancos y negros
que quedan suspendidos en el aire del vagón
hasta que los ensarto con un bolígrafo
de plástico transparente
y yo le digo
que prefiero los incendios premeditados
a los fuegos artificiales
que esto es pirokinesis
y no pirotecnia
que no me gustan los petardos
y que todos mis cohetes
van a la luna
(y a veces vuelven)
y yo le digo
que prefiero mayo en Fuenlabrada
que París en Julio
que eso es cosa de turistas
y yo he venido a quedarme
hasta que ella se vaya
y yo le digo
que siempre hay ninfas
y sirenas cantándome al naufragio
pero ya solo hago caso
a la dama del lago
si me da una espada
una pesada
que solo yo pueda blandir
(y a Ginebra, ni agua)
El tren no para la estación fantasma de Sol, pienso bajo la plaza vacía de Sol el quiosco sin periódicos de hoy el Kentucky Fried Chicken donde no se fríe pollo
Ya hemos ganado y no lo saben fuerzan un enfrentamiento que ya hemos ganado ¿Cuándo van a darse cuenta?
ni los heridos ni las detenciones ni la batalla de medios
serán más elocuentes que la ausencia que el tren que no para que el silencio ensordecedor llamando a la puerta cerrada del Sol
(Viñeta de Frank Quitely y Grant Morrison en New X-Men)
Tengo tres mujeres dentro que hacen de mí un hombre
Tengo tres mujeres dentro Una no deja de gritar otra susurra y la tercera me hace gestos
Una se siente sola Otra se siente fea Mala se considera la tercera
Una solo quiere que la quieran otra solo quiere que la follen la tercera solo quiere que la dejen en paz
una ríe interruptores blancos que encienden en mayo todos los árboles de navidad otra llora estrellas y antorchas de cielo nublado y a la tercera todo le da igual apaga las luces coloca las sillas encima de las mesas y dice que se va pero se queda de pie en la oscuridad
En esencia, soy un niño muy viejo, que juega a que el bastón es una espada pero tengo tres mujeres dentro que hacen de mí un hombre de verdad
Ella tiene puños en los labios y unas piernas de vértigo en la punta de la lengua lo mismo habla por los codos que me come con los ojos me abofetea con las pestañas me besa con la nariz o abre puertas a patadas tiene plegadas en la espalda alas hechas de manitas pequeñas pero fuertes un regazo en la nuca pulmones en los oídos y el corazón en la punta de los dedos
Así que está bien, lo confieso no puedo negarlo tiene un físico increíble simplemente extraordinario y me gusta me gusta por eso
No temas jamás mojarte. Pregúntale al agua. Si alguien lo sabe, es ella. Pregúntale si le duele caer por una catarata. Pregúntale al mar por qué se tragó tantos barcos, por qué albergó vida. Interroga a la lluvia que escapa del cielo. Averigua si el iceberg tiene calor. Estudia la parábola del chorro de las fuentes, escucha las corrientes subterráneas, busca el oro que arrastran los ríos.
Ve, pregúntale al agua si quieres, si sabes escuchar. Que te enseñe a disolverte, no a hundirte ni flotar, a evaporarte quizá.
Sí, habla con el vapor, que te enseñe a no quemarte. Vuélvete duro y frío con el hielo. Fíltrate entre las rocas, o destrózalas con tu oleaje, vuelve atrás en la resaca y déjate llevar por la luna a una marea alta, aunque condenada a bajar. Préguntale ál agua cómo rellenar los huecos, cómo cubrir la Tierra, cómo limpiar el mundo, cómo pulir la piedra, cómo inflarte y llenarte de luz en una pompa de jabón, burbujear al hervir, mezclarte con sal, azúcar o alcohol, arrebatar su esencia al té...
Ve y díselo, no tengas miedo... sumérgete, bebe hasta que no puedas más, mea, suda, y nada. Llora y busca el agua, porque solo lo inerte es impermeable, el agua es vida, lo seco es muerte.
Que no que no, que no, que no que soy un fraude que no soy un poeta no soy un artista no soy un slammer
no soy tan solo un cazador de unicornios con el pecho lleno de esquirlas de cuernos no soy un nefasto capitán corsario que culpa a las sirenas de todos sus naufragios
que diga lo que diga facebook no tengo setecientos amigos aunque tampoco estoy tan solo, y menos si me prestáis vuestros oídos
no soy el miedo y la risa y el tedio y la prisa y no me va tan bien como crees ni tan mal como te gustaría que quiero a mi chica porque no quiere ser mía y hay días en que todavía soy capaz de mirar las amapolas sin pensar en el opio
no soy uno de vosotros, gilipollas pretenciosos soy muchísimo peor pero exactamente igual al tratar de desmarcarme
que no soy esto y no estoy aquí que no soy algo que se pueda ver que soy tan solo el cable azul que une la sordidez de lo real con el laberinto infinito de lo imaginable en el que me pierdo que muero de sueño y vivo fuera del tiempo
soy lo que no es
soy ficción, nostalgia, esperanza idiota soy la máscara que dice más que el rostro soy la cara que tengo y, sobre todo, la que pongo soy todo lo que añoro y los imposibles que persigo como los perros persiguen a los coches soy un dios que no me quiere, un titán omnipotente con problemas de autoestima
soy una errata en un poema un error de cálculo que lleva a la solución correcta soy un tipo pequeñito a los mandos de un robot gigante tan grande, tan grande que no lo puede ver casi nadie
no soy más que un tal Fran subido a un escenario golpeando fantasmas terribles con puños intangibles monstruosos, incoloros e imaginarios y sacando chisteras y varitas mágicas de la madriguera de las conejitas cosplayeras sospechando que tan solo ellas puden salvarnos del fondo monetario internacional soy el presidente de la asociación de víctimas del síndrome de Stendhal y sigo saliendo ahí fuera a enfrentarme a pecho descubierto a la belleza ya sea en una mirada o en un poema
y eso, solo eso, es todo lo que soy, joder eso y, por eso, a veces todo lo demás también
Llego tarde porque siempre me quedo, Antes de ir a ninguna parte, Cinco minutitos más Esperando tu llamada O cualquier otra de esas llamadas Que nunca llegan
Nunca pierdo la paciencia Sigo esperando Un minuto más, un día más, unas semanas quizá Algunos años Esperando que ocurran las cosas Que nunca pasan
Y las cosas de todos los días, Esas que siempre ocurren igual, Se impacientan Y se enfurecen conmigo Porque yo puedo esperar Pero ellas no
Los trenes tienen que salir a su hora Los niños tienen que crecer Las clases han de empezar Y las cosas que ocurren a tiempo Sienten celos de todo lo imposible
(Me he acordado de golpe de algo que escribí cuando empezaba a recitar en el Buko, hace ya cuatro añitos justos, parece mentira, y que hubiera venido muy a cuento desempolvar esta semana... )
Aún puedes elegir, así que elige al mejor mal mentiroso
Mendiga un piso cochambroso a esos señores felices que no tienen cicatrices y sonríen en los carteles; y escúchales, en la tele glosar sus estupideces sobre el IRPF y la burbuja inmobiliaria
Elige una funeraria elige, porque aún puedes, al menos aquellas paredes que te acogerán tras la muerte ya que, desgraciadamente, ni hoy ni el día siguiente podrás, que es lo suyo, elegir el lugar donde has de vivir
¡Elige! ¡Puedes elegir! Elige al que mienta mejor ignorando al entrevistador con su molesto inquirir
Elige, elige a un guasón que hable con desparpajo del paro y de la inflación mientras suplicas trabajo en monster y en infojobs, mientras lograr un salario que cubra lo necesario es cada vez más ficción y menos ciencia, más paciencia, y no guarda relación ni grande ni pequeña con ninguna vocación
Elige, elige a un cabrón que te prometa dinero culo veo, culo quiero, y un culo es como una opinión que todos tenemos una y creemos que huele mejor.
Aunque últimamente ni eso; aunque el cuarto poder no esté preso; no está exactamente en presidio, sino a sueldo por obra y servicio, a beneficio del mejor postor. Desinformación veraz hablada, filmada y escrita donde dije Diego, digo Rita que nadie se acordará.
Elige p´allá o p´acá según seas de barrio o de yate no te pares a pensar, no cometas disparates, elige izquierda o derecha olvidando que al volante si giras y giras más terminas mirando al garaje
Elige, si no, el mal menor para echar al arrogante o busca una tercera opción, si tú quieres molestarte; o elige por amor al arte al que creas que va a darte una jugosa subvención o una beca de ayudante.
Elige, en definitiva, a la reina blanca o negra, que al final de la partida será el peón el que pierda; y es que el peón es peón, no es el débil ni es el fuerte, es solo el que está delante y el que siempre mira de frente.
Elige, puedes elegir elige, aunque solo sea para poder quejarte en voz alta de bailar con la más fea, para poder hacer rimas y dártelas de ingenioso sin aportar soluciones ni decir nada valioso, elige, es lo que te queda, para sentirte engañado con falsa dignidad y orgullo, para eso, el derecho a elegir, sigue siendo todo tuyo.
Cuando leí On The Road de Kerouac se me subió a la cabeza y me fui unos mesecitos de mochileo por Argentina, Chile y Uruguay. Una de las cosas que me traje fue la afición por el tango, principalmente por esas letras llenas de nostalgia, ingenio, poesía y un sentido del humor amarguete muy en la línea de lo que yo escribo. Chicas mal de casa bien y chicos bien de casa mal.
Una mañana hace poco estaba enzarzado con Julio Medina Giménez en uno de nuestros tiroteos de enlaces musicales en facebook, en este caso tangos. Gardel, Edmundo Rivero, etc... Volviendo a escuchar Sur, me hizo mucha gracia cómo ciertos versos señalaban un poco con el dedo a mi pequeño vietnam personal, y en la ducha se fueron ocurriendo guiños para adaptar la letra que Homero Manzi compuso en el 48 llenándola de referencias pop y mala uva; y entre sonrisillas fue saliendo solo, tanto que al final salieron tres estrofas de más, de las que terminé quitando dos. En cuanto me senté con un café a ponerlo por escrito me sorprendió, porque lo que era un juego conmigo mismo que me daba mucha risa, leído parecía lleno de un rencor denso que realmente no sentía, pero ahí queda.
Cartuja y Plaza de Armas, todo el cielo las ruedas gritan Friday, I´m in love corsé de cuero en el suelo del recuerdo y tu nombre un redoble de tambor El godzilla de tus celos derrumbando tu casa, mi cordura y la estación la carpeta de mensajes enviados su absurda cuenta atrás de la explosión
Sur paredón, y después Sur ya nunca me verás como me vieras recostado en la vidriera y esperándote ya nunca incendiarán mis madrugadas tus llamadas empapadas con urgencia envenenada la autopista y la luna interurbana y mi amor en tu ventana todo ha muerto, ya lo sé
La Cartuja y Plaza de Armas, lo perdido Campana, y al llegar a la muralla tus veinte años temblando de cariño ante el estruendo de caricias que estallaban nostalgias de las cosas que han pasado arena que la vida se llevó pesadumbre de los barrios que han cambiado y amargura del sueño que murió
Sur paredón, y después Sur lo que es ya no fue ya nunca me verás como me vieras un mensaje en la botella y esperándote ya nunca incendiarán mis madrugadas tus llamadas empapadas con urgencia envenenada las canciones, los poemas y las fotos solo son condones rotos de las noches del ayer
Me cantabas al oído Hallellujah Enjoy the Silence, yo te dije, piensa bien ´cause you don´t really care for music, do you? Tienes voz, pero no oído, cállate cuando hay que escuchar, cantas más alto y tus baladas rock de saldo no evitaron este tango
Para terminar, ahí va el tango original en la versión original de Edmundo Rivero, que fue quien lo estrenó en el Tibidabo de Buenos Aires, y cuya voz rota le da una personalidad marcadísima.
nos dábamos besos, nos dábamos nos entregábamos, nos dábamos enteros con la misma naturalidad con la que, en este momento nos damos la mano y nos damos la espalda
nos damos veinte pasos damos veinte amplias zancadas, y entonces entonces nos giramos, y entonces entonces disparas
y yo ahí parado, con mi florete en alto encajo la bala y con una carcajada trazo tres zetas azules en el aire justo antes de desplomarme
qué más da si me has dado mientras pueda perder otra vez esta vez ante ti según mis propias reglas
"En el futuro no habrá hombres ni mujeres solo gilipollas" (Mark Renton, Trainspotting)
He de confesar que yo
que estoy aquí
quizá soy el enemigo
aunque no quiera serlo
Pero lo admito,
soy soy un tío
tengo pito
soy aquel que empezó a leer
en plena adolescencia
a Bukowski y Houellebecq
y se puso a escribir en consecuencia
el que teme a la mujer que le gusta
y ama a la mujer que teme
el que tiene envidia de pene
de Emily Brönte, de Simone de Beauvoir,
de Lísístrata, de Janis Joplin
de P.J. Harvey y Maruja Torres
el que, sin darse cuenta
siembra inseguridades en sus parejas
y termina
siempre
expulsado del Edén a manzanazos
el que mira a las chicas desde abajo
lamentando que lleven pantalón
y no amplias faldas tras las que esconderme
Porque en el siglo XXI ya no hay hombres
ni mujeres
solo gilipollas
perdón
gilipollos y gilipollas, idiotos e idiotas
machistas y hembristas
ninjos, piratos, robotas
niños y niñas haciendo el indio
jugando a apaches y vaqueras
samurais con las tetas fuera
amantes de Teruel
soldadas que han aprendido a estar solas
y han olvidado que no tienen por qué
pusilánimes a merced de novias caprichosas
aguantando numeritos de celos
teleconcursos de guerra de sexos
cielas y cielos, suelas pisando suelos
dolor de muelas y muelos picados
de masticar incomprensión e indiferencia
psicoteraputas con barba o con medias
dispuestas a echarles la culpa
de todo
a él
o a ella
siempre al otro
según convenga
Y yo pienso
¿Qué tengo yo que no tengan ellas?
¿Qué coño he hecho yo?
¡Si creo que ellas son la polla!
¿A qué tantas querellas?
¿Somos tan diferentes?
¿Qué hay de malo si yo trato
a los objetos como a mujeres
y a las mujeres como a personas...?
¿...y a los hombres
exactamente
de la misma forma?
No se agolpan las fotógrafas
pidiendo que me desnude y pose
nadie aplaude cuando enseño los pezones
y cada vez que voy
a un certamen de jóvenes creadoras
y me encuentro el Museo del Jamón
me meriendo un poemario de Sylvia Plath
y me paso dos semanas
con la cabeza metida en el microondas
y me pongo freudiano,
y pienso en Hemingway
con su pistola metida en la boca
que no es otra cosa que un falo
y en Sylvia, inerte en su cocina
la cabeza a doscientos grados
en una vagina de gas
No sigamos sus pasos
que no somos iguales
pero sí equivalentes
somos muy diferentes
y exactamente igual de válidos
incluso los taxistas,
banqueras o abogados
hombres o mujeres, negras o blancos
todos trapecistas del fracaso
distintos pero juntos
por suerte
y antes que hombres y mujeres
humanos
falibles
sublimes
ni más, ni menos
amigos y amigas
que follan de vez en cuándo
y luego no saben llevarlo
todos
y todas
somos humanos
todas
y todos
somos
idiotas.
Todas y cada una de las personas que pisan la estación van a alguna parte. Y lo mismo ocurre con las que están fuera. Van al trabajo, van a la cama, van al banco, van a hacer la compra, van a una boda, van a comer, van al baño, van a dormir... y finalmente, hasta van a morir.
Mientras limpia la mesa cuatro de la cafetería de la estación, Andrea se siente excepción; ella nunca fue ni irá, ella está, simplemente está, como siempre estuvo, observando desde detrás del cristal cómo en las dársenas esas cajitas de metal se van llenando de personitas diminutas con maletas enormes, hasta que no caben más y la latita echa a rodar sobre sus graciosas ruedecitas y toda esa gente se va, envasada al vacío.
Latas que van al norte, al sur, al mar y a la montaña, mientras Andrea está ahí, mirando.
Mirando. No se está "a" ninguna parte, en el estar Andrea se basta por sí sola, no necesita un destino, sino adjetivos, gerundios, participios... no va a hacer nada, ya lo hace, hay actividad en su ser. Está pensativa, está dudando, está muy guapa esta mañana... y está dándose cuenta de que este saber estar es su manera de ser, y que mientras sepa dónde está no necesita ir a ninguna parte.
Siendo uno muy fan de Roland Joffé, en especial de La Misión, fui a ver el preestreno de Encontrarás Dragones con cierta ilusión, pese a saber que iba a ver una película sobre Escrivá de Balaguer y temerme por tanto ver y escuchar cosas con las que no estoy muy de acuerdo.
Siendo así, se me hizo muy cuesta arriba sufrir las dos horas de propaganda de este largometraje. Primero, la figura de "Hose Merría Escrifá" de Balaguer está insertada un poco con calzador en una historia central cuasi salvable aunque excesivamente melodramática sobre un topo fascista infiltrado en una milicia del CNT. Esto es, la mitad del metraje que se refiere al religioso es más bien innecesaria para el desarrollo de la trama principal, lo que lastra bastante la película.
Por otro lado, la manera en que retratan a Escrivá de Balaguer es tan idealizada e inocua que provoca risa. Una especie de Harry Potter guapo y musculoso, Escrivá de Balaguer aparece como un joven alegre de infinita paciencia, y el Opus Dei como un grupo de amiguetes que solo quiere ir a misa con sus novias y al que se acusa incluso de protestante. Salvo una escena en la que se da un par de correazos, no hay referencia alguna a la mortificación (se dice que la madre de Escrivá de Balaguer ya de jovencito tenía con él unas broncas de no te menees porque el chaval se fustigaba hasta salpicar de sangre las paredes), los cilicios que recomendaba a los miembros de la Obra o al apartheid de géneros imperante en la organización. También espanta que se le haya situado como figura central de una historia sobre el perdón cuando en sus textos hace especial hincapié en "virtudes" como la "Santa Intransigencia" o la capacidad de coacción.
A su vez, la manera en que se representa al bando republicano en la contienda es también muy exagerada. Casi da la sensación de que los protagonistas se enteran del levantamiento nacional tan solo porque los republicanos salen a quemar curas.
De factura técnica impecable, la película goza de un elenco espectacular: Wes Bentley borda un papel protagonista de un niño bien que no se soporta a sí mismo, y aparecen por ahí figuras tan ilustres como Geraldine Chaplin o Jordi Mollá. La banda sonora, quizá demasiado sentimental, tampoco está nada mal. Y la única pega para el público hispanohablante es la curiosa circunstancia de que el film se haya rodado en inglés, pero en un inglés con acento castellano. Curiosísimo por cierto reconocer la Gran Vía o el Café Central, tan cotidianos para mí, en la gran pantalla en una producción internacional.
En definitiva, una película en la que se podría haber tratado un tema tan trillado como la Guerra Civil desde un punto de vista algo diferente, y quizá haber matizado un personaje tan controvertido como el santo exprés fundador del Opus Dei, se queda en un ejercicio de propaganda autoparódica digno de Intereconomía. Vamos, que no es que no me haya gustado porque yo sea de izquierdas (que más bien lo soy), es que no me ha gustado porque es tontísima, y esto, del cineasta que nos dio La Misión, La Letra Escarlata o Los Gritos del Silencio, no me lo esperaba... Encuentro así en esta película un estímulo para reflexionar sobre cómo y cuánto se falsea la historia en películas históricas; si se ha hecho esto con un personaje tan reciente como Escrivá de Balaguer, qué cantidad de patrañas no estaremos pasando por alto en títulos de renombre como Braveheart, Las Horas, etc.
El Mundo Según Barney
No os hagáis ilusiones, no tiene nada que ver con Cómo Conocí a Vuestra Madre; Es algo mucho mejor. Basada en La Versión de Barney, novela semiautobiográfica del recientemente fallecido autor canadiense Mordechai Richler, nos encontramos ante una película divertida, trágica y enternecedora, de lo mejorcito que llevo visto en este 2011.
El Barney del título es un tipo peculiar, interpretado magistralmente por un Paul Giamatti muy ducho en esto de interpretar a tipos peculiares, que al enfentrarse a la publicación de un libro que revelará los detalles más oscuros de su pasado, recapitula sobre su vida y sus errores con nosotros acompañado por un brillante Dustin Hoffman que interpreta a su padre, un policía judío con muy mala baba y muy buen carácter, y por sus tres esposas; la bohemia trastornada y trágica Clara, interpretada por la bimbo Rachelle Lefevre (que hacía de malosa en Luna Nueva, posiblemente la peor película del siglo XXI sin discusión), la exitosa y agobiante segunda esposa que interpreta Minnie Driver, y el ángel que se convierte en el amor de su vida, con la cara de una preciosa Rosamund Pike (y cierto parecido en algunas escenas con una lectora de este blog). Scott Speedman, el cacho de carne que mataba vampiros en underworld y sufría los tejemanejes de su esposa en Mi Vida Sin Mí, se desmarca en El Mundo Según Barney interpretando a un escritor genial, bohemio y politoxicómano que marcará al protagonista de una manera insospechada.
En la recta final de la película se aborda cierta enfermedad de una manera brillante, sin que eso convierta la película en la típica comedia genial que se transforma en melodrama tostón que tanto abunda en las estanterías de los videoclubs.
El Mundo Según Barney es una película valiente que se moja, y que nos muestra a un personaje humano, feúcho, falible y no tan bueno como le gustaría, pero que a su vez se hace querer gracias a su honestidad y a su desbordante personalidad.
Hay películas con las que se puede reir, llorar y casi casi correrse. Esta es una de ellas.
Hartos de que les prometieran bicicletas y les vendieran la moto,
Zipi y Zape se pusieron a robar coches.
Mortadelo se cansó de disfraces, quemó su traje negro y se zambulló en el espejo.
Corto Maltés se borró los tatuajes y abrió una agencia de viajes, franquicia de El Corte Inglés.
Carpanta se hizo vegano, no sin antes morder la mano que le da de comer.
Carmen Sandiego vive con su perro en un chalet adosado; ya no viaja sin visado, navega por internet.
El Coyote se comió a su pájaro azul y le resultó bastante indigesto ya no se gasta el sueldo en inventos y nunca, nunca, jamás mira hacia abajo cuando cruza un precipicio.
Piolín murió aplastado bajo el peso de su propia cabeza y Silvestre engorda y se aburre en brazos de una abuela muerta.
Pierre Nodoyuna dejó de hacer trampas y empezó a ganar carreras; a Patán no le hizo ninguna gracia.
Papá Pitufo se afeitó la barba, Fortachón dejó el gimnasio Filósofo se quitó las gafas y, una vez todos iguales, Pitufina fue violada en un gang bang de madrugada solo Gargamel trató de rescatarla.
La Morsa y el Carpintero contaban los adoquines que la reina de corazones había puesto sobre la playa.
Y yo, a mis casi treinta palos pienso, masticando tu ausencia en dejar de una vez los tebeos y los dibujos animados porque soy una mala influencia para ellos.
Te odio. Te odio porque no estás. Te odio porque no existes. Te odio porque mi vida gira en torno a ti. Te odio porque no te encuentro y te odio porque no puedo evitar buscarte. Te odio porque no duermes conmigo y te odio porque despierto sin ti. Te odio porque me conoces mejor que yo mismo. Te odio porque no te conozco. Te odio porque no puedo librarme de ti, porque estás en cada canción que escucho si pongo un mínimo de atención, en cada historia que leo, porque te veo en cada imagen que admiro. Te odio porque sé lo que eres y lo que representas y no soy capaz de definirte o dibujarte. Te odio porque estás en mis sueños. Te odio porque no eres real.
Te odio porque quiero odiarte pero no puedo evitar quererte. No puedo evitar verte reflejada en otras y pensar que se trata de ti. No puedo evitar verte en cada cosa que no es odio. No puedo evitar sentirte más allá de los sentidos. No puedo evitar saber que estás ahí aunque todo me diga que no estás.
Y eso no lo odio. No puedo evitar querer odiarte. No puedo evitar odiar quererte. Y quiero evitarlo. Porque sé que lo que me hace querer quererte es lo mismo que me impulsa a odiar odiarte.
Y es eso, y nada más que eso, lo que me mantiene vivo.
Odiando.
Queriendo.-------------------------------
Escribí este poema, quizá el primero que escribí nunca, porque en aquel entonces no escribía poesía, para un concurso de El País Semanal, en febrero de 2002. ¡Gané y me publicaron! ^_^ 19 añitos tenía entonces, y visto desde mis 28, desalienta saber que no escribo mucho mejor, y que en lo que me llevó a escribirlo tampoco he avanzado mucho XD.
Había olvidado casi por completo el texto hasta que hace algo así como un añito descubrí una canción de Los Seis Días con Santi Balmes de Love of Lesbian cuya letra era sospechosamente familiar. En un ataque de arrogancia idiota, me pregunté si se habrían "inspirado" en mi texto, pero prefiero pensar y es mucho más probable que simplemente dos personas, y seguro que muchas más, hayan tenido la ocurrencia en distintos lugares y momentos de jugar con la dicotomía amor/odio. Ahí os dejo la canción, que no está nada mal.
Retomo las críticas de cine que solía colgar en fotolog, aprovechando que esta semana he visto un puñado de películas que dan que hablar mucho y bien.
Rango
Entre aventura y aventura de Guybr... digoooo, de Jack Sparrow, Gore Verbinski y Johnny Depp nos ofrecen esta película de animación plagada de guiños, homenajes e idas de olla metanarrativas.
Rango, el protagonista, es un camaleón a medio camino entre la rana Gustavo y Hunter S. Thompson (que era un amigo cercano de Johnny Depp e incluso realiza un pequeño cameo post-mortem en la película) al que el destino coloca de golpe y a su pesar en el papel del héroe que siempre había deseado ser al perderse en el desierto y terminar, de reputísima casualidad, siendo nombrado sheriff (cargo al que se presentó el propio Thompson) del pueblecito de Dirt.
La película tiene todos los ingredientes de las cuidadas comedias de animación con las que Dreamworks o Pixar vienen obsequiándonos desde hace unos años: diálogos divertidos y frenéticos, gags visuales desternillantes, un diseño de personajes simpático y tremendamente minucioso (es complicado diseñar un bichejo que te caiga bien, te de un poco de asquete y te haga reír, todo al mismo tiempo). Por si eso fuera poco, en el argumento, sin destripar demasiado, hay una sátira brillante sobre la dichosa crisis que se supone que atravesamos.
La película está llena de pequeñas referencias al western clásico, desde Solo Ante el Peligro a El Bueno, el Feo y el Malo, y entre el brillante reparto de secundarios brillan con luz propia el grupo de búhos mariachis que hacen las veces de coro griego conduciendo la narración con agoreras canciones en español en la versión original en la que pronostican la muerte del protagonista y le preguntan, literalmente, dónde perdió sus cojones.
Se estrena el día 4 de Marzo y es más que recomendable.
Cisne Negro
Aronofsky lo ha vuelto a hacer. Retomando los mejores elementos de su magnífica ópera prima Pi y su mayor éxito de taquilla, The Wrestler, el director construye un escalofriante thriller psicológico en el que Natalie Portman se luce en un tour de force que le ha valido una nominación a los Óscar, y ojalá se llevara la estatuilla, porque se la tiene ganada.
La película nos sacude sin piedad con la disciplina física y emocional, la presión brutal y el aislamiento al que se ve sometida Nina, una bailarina que se ve obligada a explorar su lado más oscuro al obtener el rol principal en El Lago de los Cisnes. Bien apoyada por una Barbara Hershey que borda el papel de madre un poco disturbing y da miedito desde el primer momento, una irreconocible Winona Ryder, un Vincent Cassel soberbio como siempre, y la Ucraniana Mila Kunis que borda su papel de jamelga apetitosa, salvaje y aún así simpaticota.
Cisne Negro es un thriller psicológico brillante, dirigido con mucho tino y pocos planos largos por un Aronofsky al que solo se le puede reprochar el no haber descubierto la rueda; la película recuerda por momentos a la estupenda Perfect Blue de Satoshi Kon y a la propia Pi ; claro que se trata en ambos casos de obras que solo han visto cuatro otakus y cuatro cinéfilos: ocho frikis, en definitiva, de modo que el público en general lo va a flipar de todos modos.
Dos razones más para verla: escenas bien subiditas de tono, incluido un polvo lésbico que le deja a uno al borde de la combustión espontánea, y los cartelazos en plan propaganda soviética que tenéis ahí arriba, aunque al final se utilizaron otros con la cara de la señorita Portman, que siempre tiene más tirón comercial.
Felidae
Finalizo con esta joya de animación alemana de 1994. La conocí por casualidad y no la he encontrado subida en ninguna parte, de modo que vi la versión doblada al inglés que algún alma caritativa subió a youtube.
Felidae es un thriller de serie negra, repleto de sangre, asesinatos y sexo. Lo que lo hace especial es que es una película de animación al más puro estilo Disney. Animación cuidadísima, dicho sea de paso.
Francis es un gato que se muda a un barrio nuevo, como en cualquier película de animalitos parlanchines. lo que no esperas es que ese gatito se vea envuelto en una trama de asesinatos racistas, empiece a tener pesadillas en las que un religioso hace alzarse un ejército de cadáveres, o se ponga a follar a diestro y siniestso, como en una escena que a mí me dejó bastante a cuadros:
En España el DVD es inencontrable, quizá porque fue editado con el engañoso título de Francis, el Detectigato, que supongo que haría que unos cuantos cientos de padres se la compraran a sus retoños, traumatizándolos de por vida y haciendo que alguien se decidiera a retirarla del mercado.
This is my last self-portrait. The last look from the outside insider. The last round in shadow-boxing against the mirror. The last hints of self-conciousness which always escaped the wild cameras, the last autobiographical note held prisoner by inner fiction. The last sketches of a reflection in the surface of a puddle you just stepped into. The last word in the last page that you never really understood; you read it in the wrong way because you were thinking of your cleanest little secrets. The last fading notes of the song you never wrote and no one else could ever hear. The last self-portrait waving a hand to the hand that drew it, it says
see you!
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Este es mi último autorretrato. La última mirada del forastero interno. El último asalto de un combate contra tu propia sombra con el espejo como único público. Las últimas notas autobiográficas que se fugan de la prisión de la ficción interior. Las últimas trazas de autoconsciencia que siempre escaparon a las cámaras salvajes. Los últimos bocetos de un reflejo en la superfecie de un charco que acabas de pisar. La última palabra en la última página que leíste mal que no entendiste porque estabas pensando en tus limpios secretitos. Se desvanecen las últimas notas de la canción que nunca escribiste y nadie más pudo oir nunca. El último autorretrato despidiéndose con la mano de la mano que lo dibujó, dice
Cuando acaben con los fumadores, vendrán a por los demás
y lo tendremos merecido
nos lo habremos buscado al pasar por alto que nos matamos solitos
que el tabaco no mata que el alcohol no mata que las drogas no matan que los coches no matan
que nos matamos nosotros que nos matamos los hombres por treinta monedas de plata por el Rey, por España, por cualquier puta patraña que mata el dinero que mata la estupidez que nos hace saltar por la ventana creyéndonos Superman o esperando que nos salve que nos matan la ignorancia la falta de educación la apatía y la intolerancia que alentamos en esas máquinas con zapatillas blancas, pulmones limpios y cabezas oxidadas; que nos mata la idiotez, la incapacidad de tomar decisiones que no nos vengan impuestas por cojones el no hacernos responsables de nosotros mismos el permitir que nadie se pueda fumar un cigarrillo entre café y café por no pedir que lo apaguen que tenemos más miedo a hablar con un desconocido que al maldito cáncer Y diréis que no lo hacen; Pedidlo de forma amable, y si se niega al margen de que fume o no os encontráis ante un imbécil que merece que le traten como a tal solo a él, y no a todos
Cuando acaben con los fumadores vendrán a por nosotros vendrán a por los demás la tomarán con la música entonces Que molesta, dirán La música no molesta molestan algunos músicos molesta Melendi en hilo musical del Carrefour como molesta la policía secreta multando a chavalas por beberse una cerveza molestan las redadas ilegales a la caza de inmigrantes junto a las bocas de metro molesta la seguridad privada con cananas de balas en el cinturón que no sirven para nada salvo para pedirme que baje el pie del asiento
Cuando acaben con los fumadores vendrán a por los demás y nos van a encontrar conduciendo borrachos en dirección contraria un volvo con las luces rotas mientras echamos un polvo vociferando palabrotas, con un cigarro en la mano, engullendo un big mac y hasta las cejas de farla y nos habremos matado nosotros que ya somos mayorcitos y nos habremos matado nosotros porque vivir estará prohibido.
25 razones para no enamorarte de ella. 250 segundos.
Puedes hacerlo, vamos.
Tiene pequeños granitos en las mejillas, hábilmente cubiertos por una leve capa de maquillaje, pero bien aplicada, no el pegote que se ponen las ingle... por ahí vamos mal, céntrate. Cuando se ríe abre mucho la boca, exageradamente, y a menudo suelta una carcajada demasiado aguda. Fuma. Esa es floja, más. No me gusta la camiseta que se ha puesto hoy, no combina bien la ropa, aunque le da igual y eso me g... no combina bien la ropa. Tiene los dedos huesudos. Bebe cerveza y no me gusta la cerveza. No lee mucho, ha vivido cuatro años en París y ni sabe quién era Gertrude Stein ni le importa tres cojones. Fue borde con la dependienta del Costa Coffee. Vive muy lejos de mi casa. No le gusta salir. Trata de monopolizar mi atención con trucos sucios, especialmente en público. Esa puntúa doble, es muy cierto y muy chungo. Tiene las puntas abiertas. ¿Puntas abiertas? Joder, ¿No puedes hacerlo mejor? Los ojos, son vivos pero muy pequeños, da la impresión de estar siempre escudriñando con mirada aviesa. Va constantemente al baño y su mejor amiga es completamente imbécil.
Quedan 30 segundos y casi diez razones.
Estás jodido.
Está bien, cambio de juego, 10 razones para no acostarte con ella, 100 segundos.
No quiero nada que no sea mío tampoco nada que lo sea a la larga, es un problema
En mi propia suerte de modesta arrogancia sé que puedo perder a la mujer que me de la gana que las que no me quitan el sueño me quitan la manta
No quiero nada que no sea mío tampoco nada que lo sea a la larga, es un problema
He estado casado tres veces pero ellas nunca se dieron cuenta y me enamoro como en las películas 24 veces por segundo en una tormenta de imágenes superpuestas unidas en un hilo argumental que describe una espiral que no sé muy bien si me lleva hacia adentro o hacia afuera
No quiero nada que no sea mío tampoco nada que lo sea A la larga, es un problema.
¡Seño! ¡Me he vuelto a meter el corazón en la nariz! Y apenas puedo respirar, pero ¡Qué bien duele! La niña que huele a marihuana me ha vuelto a invitar a comer cuando me apetezca comer y ella no haya comido Y no quiero nada que no sea mío y con esto lo que digo es que qué sabrá ella del hambre del hambre que uno ha elegido de cómo tus peces se comieron a mi gato y tuve que aprender a caer de pie por mí mismo
No quiero nada que no sea mío Tampoco nada que lo sea quiero todo lo que hay entre medias
quiero saberme idiota y afortunado cada vez que despierte a tu lado y lanzar otra vez la moneda y que vuelva a salir cara que siga saliendo cara aunque nadie lo entienda aunque nadie se lo crea Solo quiero que sonrías cada vez que me veas que ganemos los dos siempre que ganemos por sorpresa para que nadie nunca nadie pierda
No quiero nada que no sea mío tampoco nada que lo sea a la larga, es un problema; resolverlo cada día el único desafío que todavía me interesa la única certeza en la que confío y mi única fuerza.
Ella tiene pesadillas en las que vuelves a buscarme; apareces de la nada y me apartas de su lado para llevarme a un mundo de nostalgia sólida del que no se ve capaz de rescatarme en contra de mi voluntad.
En mis sueños vuelves y tomamos café, vamos de compras, y nos sentamos juntos de nuevo en un autobús verde atrapado en un atasco en mitad de su camino al lugar donde nunca quisimos ir. Es terrible lo agradable que resulta.
Siempre fui mejor amante que marido; se me hace más romántico añorar lo perdido que agarrarme a lo que tengo, me gusta rescatar tesoros de galeones hundidos y bucear por las bodegas de carga, aunque sepa que esos barcos no volverán a surcar los mares, y también tengo por costumbre poner trabas en la aduana a quien intenta amarrar de buenas a primeras su velero cuando el viento lo trae a mi muelle.
Te herí como la hiero a ella, sin saña pero sin piedad alguna, y me lo supiste perdonar como tantas otras cosas, como todas las cosas menos una. Te quise tanto cuando ya no te tuve, te quiero tanto todavía, que temo que nunca seas capaz de perdonarme, que me desprecies por orgullo mientras yo sigo amándote de uno u otro modo por pura arrogancia, tratando de demostrar que mi amor es más fuerte que la mala suerte, más que tu rencor, que tengo magia en el dedo meñique para iluminarte la vida entera y es tu aliento marchito el que apaga constantemente la llama para que sigas a oscuras.
Tu regreso tiene el encanto de lo imposible y eso es todo lo que tiene; esos miedos suyos, esa esperanza mía, son los contrafuertes de los muros de carga del castillo que construimos en el aire apilando tardes de abril como ladrillos, y tú estás fuera con el resto de amenazas intangibles atadas al suelo, fuera, entre todos los idiotas a los que ella ha querido, fuera, junto al río, lavando esa vida nueva con la que te tapas las vergüenzas para que nadie te las vea como yo las vi.
Y en tus sueños, que están más allá del alcance del más largo de los tentáculos de mi imaginación, no estamos ni ella ni yo, en tus sueños quizá ni siquiera estés tú y por eso, seguramente por eso, te soñamos.